La discusión pública cotidiana en nuestros países está decisivamente atravesada por un sentido común que tiende a rechazar la política al asociarla, desde un plano de valoración moral, con corrupción y desde una perspectiva economicista como ámbito improductivo. A su vez como constatan diversos autores y estudios empíricos cada vez más ciudadanos asumen la despolitización, es decir el desprecio a todo lo relacionado a política, como algo positivo. Ante ello, es urgente fomentar una ciudadanía crítica que no conciba la política dentro de ese encuadre porque ésta es fundamental para la convivencia social; y es lo que, como se verá en el curso, fundamentalmente permite que resolvamos nuestras diferencias de manera civilizada. Igualmente, sin política no hay democracia posible pues una cultura democrática real exige ciudadanos políticamente activos que se asuman como sujetos de derechos y no sólo como agentes económicos que compiten en el mercado. En ese marco, la academia es clave para que fomente una ciudadanía políticamente crítica, y con ello, una cultura democrática efectiva. Por otro lado, este curso se pretende como elemento importante para ir sentando las bases académicas y dinámicas para que la facultad o institución que lo acoja pueda desarrollar en el futuro programas vinculados a la teoría política y al análisis político avanzado y conceptualmente fundamentado.